No nos cansaremos de repetirlo: la Ruta del Vino Rioja Alta es un destino que se puede disfrutar de mil y una maneras a lo largo de todo el año. Puedes venir de escapada gastronómica, a bucear por su cultura y patrimonio o, como te vamos a demostrar a continuación: a calzarte las zapatillas de montaña y descubrir su riqueza natural. Con los montes Obarenes como protagonistas, y coincidiendo con la celebración del Día Mundial de los Bosques, inauguramos la primera de esta serie por la naturaleza de la Ruta del Vino Rioja Alta.
Con una altitud media de entre 800 y 900 metros, este sistema montañoso tiene una longitud aproximada de 30 kilómetros y se extiende desde las hoces del Ebro, en Sobrón (Burgos y Álava), hasta las Conchas de Haro, donde el río Ebro los separan de la sierra de Cantabria. Es aquí, en el extremo noroccidental de La Rioja y a lo largo de varios municipios de la Rioja Alta, como Foncea, Cellorigo, Galbárruli, Sajazarra, Villalba de Rioja y Haro, donde encontramos las escarpadas siluetas de los montes Obarenes. Una invitación a “perderte” recorriendo sus senderos bien señalizados y encontrando a tu paso antiguos guardaviñas o lagares rupestres que hace siglos se utilizaron para pisar las uvas.
A pie, en bicicleta, a caballo o, incluso, en globo aerostático te adentrarás en una zona de caminos rurales y viñedos. Este extremo occidental aúna diversidad geológica y belleza paisajística con un paisaje privilegiado que va cambiando de color con cada estación, siendo sin duda la temporada de otoño la más cautivadora.
Uno de los más bellos recorridos naturales por los montes Obarenes en La Rioja es el que podemos realizar por los Riscos de Bilibio, a 6 kilómetros de Haro, y donde cada año tiene lugar la famosa Batalla del Vino. Antes de comenzar el circuito, resulta obligado visitar la ermita situada en lo alto de los Riscos de Bilibio, erigida a San Felices en el año 1710. Desde aquí, disfrutaremos de una magnífica vista sobre las Conchas de Haro, paso natural del Ebro y separación de la Sierra de Toloño y los Montes Obarenes, que terminan aquí.
Si eres aficionado al turismo ornitológico, los montes Obarenes te cautivarán también por su gran riqueza de aves rupícolas. No olvides tus prismáticos: la importante línea de roquedos convierte estas montañas en un enclave muy apropiado para aves como águilas real y perdicera, búho real, buitre, alimoche o halcón peregrino, lo que justificaron su designación como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). A lo largo de la ruta, también puedes divisar otros mamíferos de mayor tamaño, como corzos y jabalíes, característicos de esta zona.
Los montes Obarenes protegen los viñedos de La Rioja Alta Occidental y, además de bodegas y campos de cultivos, podemos encontrarnos con maravillosas muestras de arte románico, algunas de ellas las más importantes y mejor conservadas de la región. Los Obarenes han sido una frontera natural defensiva ante los pasos hacia el norte y la comarca fue disputada durante dos siglos por cristianos y musulmanes.
Púlpito de La Rioja
Atención especial merece el llamado ‘Púlpito de La Rioja’, situado a casi 800 metros de altura en la localidad casi despoblada de Cellorigo. Su ubicación hace que su perfil se divise desde buena parte de La Rioja Alta y, por tanto, desde aquí se obtienen unas increíbles y privilegiadas vistas sobre el valle que atraviesan los ríos Tirón y Oja. Este territorio es muy abrupto y muestra grandes riscos como el macizo de Peñaluenga, que constituye la frontera con Burgos.
Hasta aquí algunos ejemplos de todo lo que puedes hacer en una visita a los montes Obarenes en la Ruta del Vino Rioja Alta. Hay muchos más que te iremos desgranando poquito a poco para que vivas tu mayor aventura en la Ruta del Vino Rioja Alta.
Imágenes: La Rioja Turismo