La Ruta del Vino Rioja Alta reafirma un año más su posición como uno de los destinos enoturísticos más atractivos de España. En 2024, más de 316.000 personas visitaron sus bodegas y museos, una cifra que consolida el interés por descubrir el corazón del Rioja y disfrutar de experiencias únicas ligadas al vino, la gastronomía y el paisaje.
Estos datos, recogidos en el Informe de Visitas a Bodegas y Museos de Rutas del Vino de España elaborado por ACEVIN, reflejan la buena salud del enoturismo en nuestro país, que superó los 3 millones de visitantes y un impacto económico de más de 112 millones de euros. En este contexto, Rioja Alta se mantiene entre las rutas más visitadas, junto a destinos tan reconocidos como Jerez, Ribera del Duero o Penedès.
El visitante que elige Rioja Alta busca algo más que vino: busca autenticidad. Nuestros pueblos conservan el encanto de la tradición vitivinícola, el sabor de una gastronomía sincera y el ritmo pausado de una tierra que invita a desconectar.
Desde las bodegas familiares hasta los grandes proyectos enoturísticos, la oferta se caracteriza por la calidad y la hospitalidad. A ello se suman museos, alojamientos rurales, restaurantes, actividades culturales y propuestas al aire libre que convierten la experiencia en un viaje completo.
Octubre, agosto y mayo: los meses estrella del enoturismo
El informe confirma que los meses de octubre, agosto y mayo son los preferidos por quienes disfrutan del turismo del vino. La época de vendimia, el paisaje otoñal y las experiencias de verano entre viñedos son algunos de los grandes atractivos que animan a miles de visitantes a descubrir Rioja Alta en estas fechas.
Este equilibrio en la llegada de turistas a lo largo del año demuestra la desestacionalización del enoturismo, una tendencia que favorece la sostenibilidad económica y medioambiental del territorio.
Crece el interés internacional
Aunque el público nacional continúa siendo mayoritario, el estudio destaca un aumento del visitante internacional, que representa ya más del 25% del total. La Ruta del Vino Rioja Alta, con su ubicación privilegiada y su reconocida reputación vinícola, se beneficia de esta tendencia y sigue siendo una parada imprescindible para quienes buscan conocer los orígenes del Rioja.
Experiencias que dejan huella
El enoturista actual valora la calidad, la cercanía y la singularidad de cada visita. Bodegas, museos y empresas asociadas a la Ruta han sabido adaptarse a esta demanda ofreciendo actividades personalizadas: catas entre barricas, paseos por el viñedo, brunch al aire libre, escapadas de bienestar o eventos culturales en torno al vino.
El resultado es un turismo emocional, donde cada detalle —una conversación, un paisaje o un aroma— forma parte de la experiencia.
Un modelo de turismo sostenible y con futuro
El enoturismo en Rioja Alta continúa siendo un motor de desarrollo local, capaz de dinamizar el territorio y generar empleo en sectores como la hostelería, la restauración y las actividades culturales. Además, la apuesta por la sostenibilidad, con iniciativas de movilidad eléctrica, agricultura respetuosa y recuperación del patrimonio, refuerza el compromiso con un modelo de crecimiento responsable.
Con más de 316.000 visitantes y una oferta cada vez más diversa y de calidad, la Ruta del Vino Rioja Alta sigue siendo sinónimo de autenticidad, hospitalidad y pasión por el vino. Un destino donde cada copa cuenta una historia y cada visita deja una huella imborrable.
El nuevo Informe sobre Visitas a Bodegas y Museos del Vino de Rutas del Vino de España está disponible en su totalidad en la web de Rutas del Vino de España https://wineroutesofspain.com/
