Julio es un mes vibrante en la Ruta del Vino Rioja Alta. Mientras en otros destinos las multitudes inundan las playas, aquí te espera un verano diferente. Un verano tranquilo, auténtico, lleno de planes y con el sabor de lo nuestro. Porque si no tienes pueblo, en la Ruta del Vino Rioja Alta te acogemos como uno más.
Los más de 70 municipios que forman parte de la Ruta se llenan de vida cuando llega el verano. Las calles se alegran con la chiquillería, las plazas se engalanan y los programas festivos llenan las agendas. Cada rincón se convierte en escenario de tradiciones que se han transmitido de generación en generación. Romerías, verbenas, danzas, conciertos, degustaciones populares y fiestas patronales donde se entremezclan pasado, presente y futuro. Todo eso es julio en la Ruta del Vino Rioja Alta.
Entre los eventos más esperados del mes figura la Batalla del Clarete, en San Asensio. Una fiesta única, divertida, colorida, declarada de Interés Turístico, que se celebra el domingo de julio más cercano a la festividad de Santiago apóstol; en este 2025, el domingo 27 de julio. Miles de litros de clarete vuelan por los aires entre cubos, botellas y mangueras, tiñendo de vino y alegría a quienes participan. Es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida.
Desde hace más de medio siglo, en el mes de julio, la localidad riojana de Nájera se sube al escenario para mostrar su apasionante historia medieval. Historias, ritos, leyendas… personajes, algunos de ellos reales y otros legendarios, que junto a la música y la luz crean un ambiente único del que emergen historias en las que se mezclan la fantasía y la realidad. Las Crónicas Najerenses han sido declaradas Fiesta de Interés Turístico de La Rioja por su originalidad, su arraigo popular y su capacidad de atraer visitantes de dentro y fuera de la comunidad.

Imagen: Carmelo Betolaza.
Pero en la Ruta del Vino Rioja Alta no todo es fiesta. También hay espacio para la calma, la naturaleza y la desconexión. Porque el enoturismo en julio también significa pasear entre viñedos que lucen su mejor verde, asomarse a nuestros miradores naturales, disfrutar de una copa de vino en la terraza de un wine bar bajo la sombra de los árboles o dormir en alguno de nuestros alojamientos.
Para quienes buscan algo más de acción, julio también es un mes ideal para las experiencias al aire libre. En la Ruta del Vino Rioja Alta puedes lanzarte a recorrer senderos entre viñedos a pie o en bicicleta, practicar kayak en el río Ebro, sobrevolar la comarca en globo o disfrutar de rutas en quad por paisajes de ensueño. Son propuestas que conectan naturaleza, emoción y descubrimiento, perfectas para quienes disfrutan de un enoturismo más activo y aventurero.
Muchos de nuestros socios han preparado eventos para este mes: catas al atardecer, conciertos entre cepas, ferias de artesanía, pruebas deportivas, exposiciones o visitas especiales. Te invitamos a consultarla en la sección Agenda de nuestra web y a elegir tu planazo del verano.
Y por supuesto, no podíamos olvidarnos de la gastronomía. Julio es mes de chuletillas al sarmiento, de pimientos asados en las fiestas del pueblo, de choricillo en la plaza y de ese vino que siempre sabe mejor cuando se comparte. Nuestros restaurantes y bares te esperan con propuestas para todos los gustos: desde cocina tradicional riojana hasta menús innovadores que sorprenderán a tu paladar.
Quienes ya nos conocen, saben que uno de los mayores tesoros de la Ruta es su gente. Personas acogedoras, cercanas, con ese arte de hacer sentir a cualquiera como en casa. Porque en la Ruta del Vino Rioja Alta, el turismo no es masivo. Es amable, pausado, respetuoso. Es un turismo que escucha, que comparte y que deja huella.
Este mes de julio, si buscas algo más que sol y playa, vente a la Ruta del Vino Rioja Alta. Descubrirás paisajes de postal, fiestas inolvidables y una tierra que te abraza.
¡Te esperamos!