Vino, gastronomía y patrimonio en el Camino de Santiago
59 km. 55 minutos
59 km. 55 minutos
13,9 km. 16 min.
5,1 km. 8 min.
17,2 km. 15 min.
27,9 km. 24 min.
“El bullicio de la calle Laurel preludia un camino colmado de bodegas y excelente gastronomía”
Si el Camino de Santiago no pasara por La Rioja, habría que desviarlo, porque la hospitalidad de esta tierra es referente para los visitantes y peregrinos que se prestan a conocerla.
Los caminantes llegan a Logroño desde Navarra y cruzan el puente de piedra sobre el Ebro, adentrándose en la Calle Ruavieja, en la que actualmente se encuentran los antiguos “calados” de la ciudad, y divisando la línea de la ciudad formada por las iglesias de Santa María de Palacio, la concatedral de La Redonda y Santiago, que luego deberán visitar. Es imprescindible la parada gastronómica en las calles más célebres de pinchos y tapas, que son Laurel, San Juan y sus aledañas y, por supuesto, frecuentar alguna de las bodegas de la capital de La Rioja.
A partir de aquí, continuaremos nuestro itinerario siguiendo los pasos de los miles de peregrinos que lo hacen anualmente. Comenzaremos visitando la localidad alfarera de Navarrete (Ruta 4), que es hito del Camino de Santiago y, también del Camino Ignaciano. Desde aquí, nos desplazaremos a Fuenmayor, municipio de gran peso vitivinícola por su densa superficie de viñedo, que es clave en su economía, y por las bodegas que acoge y no debemos perdernos.
Desde aquí nos desplazaremos hasta Nájera, denominada popularmente ‘capital del mueble’, por su vinculación empresarial y comercial a la fabricación y venta de muebles. La actividad de esta localidad y su comarca también está basada en la agricultura, especialmente en el viñedo. Patrimonialmente sobresale el monasterio de Santa María la Real, que fue mandado construir por el rey D. García Sánchez III en el siglo X y se convirtió en sede episcopal y panteón real.